Thursday, September 9, 2010


Fidel Castro en una Entrevista Reciente con el periodista Jeffrey Goldberg para la revista "The Atlantic", tuvo un "Lapsus Iluminatus" Cuando Acepto que el modelo cubano (entiendase económico) no ha servido, ni en Cuba.

Algunos amigos de Izquierda afirman que esto solo fue un "Lapsus Linguis". Yo diría que fue un "lapsus Brutus" que le ha durado poco mas de cincuenta años.

Aunque mi latín deja mucho que desear.

Si alguien duda de que lo que escribo sea verdad pueden ver la entrevista en ingles en: http://www.theatlantic.com

Tuesday, August 31, 2010

Muere Franklin Brito


Franklin Brito es la muestra clara del estado de cosas que un gobierno no se puede permitir.

Este hombre fue un empresario que con el sudor de su frente construyo una empresa de producción agropecuaria en su natal Venezuela. Después de Comprar un terreno y de haberlo trabajado por varios años el Socialismo del Siglo XXI lo expropia para darselo a campesinos sin tierra que, supuestamente la trabajarían como una cooperativa socialista de producción de alimentos.

Pero, como es todo en el socialismo, la tierra se expropio, la cooperativa se organizo pero la cosa fracaso por culpa de la corrupción.

Pero a Franklin Brito le costo la vida. Después de trabajar duro por años para consolidarse como exitoso empresario, su tierra dejo de ser suya por una decisión arbitraria y amañada. Se le ofreció un indemnización que resulto ser minúscula comparada con el daño y por supuesto el no la acepto. Entonces entro una huelga de hambre en protesta. El gobierno lo acuso de ser lacayo del imperio(norteamericano), y de golpista al servicio de las oligarquías.

Quiero hacer una pregunta:

El hombre flaco y desmejorado de la foto, que prefirió la muerte a ver desmedrado el fruto de su trabajo, es la cara de un hombre peligroso, golpista, conspirador y espía americano o es solo el retrato de la Venezuela de hoy?

Para quienes quieran saber mas de este Hombre y su caso aquí dejo un link donde se encuentra toda su historia: Perfil de Franklin Brito

Friday, August 27, 2010

Cartas de Amor (Final)


Serafín casi no pudo dormir. La carta de Silvia había sido un golpe demoledor para su corazón y sobre todo para su ego.
Una vez hubo amanecido decidió escribirle una carta de despecho y decidió regañarla através de sus letras por no haber querido siquiera negarle su amor en persona. Habría querido oír su voz aunque fuera una sola vez.
Señorita Silvia
Estoy devastado por la contestación a mi carta. La verdad no esperaba su rechazo y me ha dolido saber que no correspondido. Quiero que sepa que no le guardo rencor y le agradezco enormemente su sinceridad. Se que nadie es dueño de su corazón y no se puede ordenar al corazón que se enamore de alguien en especial porque ese tirano se enamora de quien quiere sin consultarnos.
Solo lamento el no haber podido tener el placer de oír su voz aunque fuera una vez. Aunque, pensándolo mejor, creo que es mejor que yo guarde su recuerdo así tal cual lo tengo, como una quimera mítica e idealizada de mi amor por usted.
No se preocupe por que la siga importunando con mis notas o siquiera con mi presencia evitare en lo posible el cruzarme en su camino , mas por mi que por usted, Pues quiero evitar que sea traicionado por mis emociones y haga algo embarazoso.
Solo quiero que sepa que la amo profundamente
Suyo quien la adora,
Serafin


Serafín leyó la carta que había escrito un montón de veces antes de arrugarla y tirarla a la basura. Decidió cerrar esa pagina en su vida y tratar de olvidar. Quiso despejar su mente y pensar en otra cosa y por esta razón abrió, contra su costumbre, la sastrería a las siete de la mañana.
El aire increíblemente frío que venia de los cerros no hizo mella en su animo y como era su costumbre, se paro en la entrada del taller para ver pasar la gente. A esa hora la gente era muy diferente. Campesinos que llegaban con sus productos para vender, trabajadores que corrían para no llegar tarde, mujer que trabajaban en casas de familia que salían para comprar el pan y algunos estudiantes del colegio católico de ya iglesia de “Las Nieves”. Sin embargo hubo una persona que llamo su atención. Por donde siempre aparecía Silvia con su madre venia un hombre tosco cargando a la espalda seis canastas con huevos seguido por una muchacha sucia y despeinada que tenia unos ojos grandes y vivaces, tan negros como la noche pero brillantes como la luna llena. Serafín fijo su mirada en el rostro de esta joven y noto que a pesar del descuido en la apariencia personal era una mujer hermosísima. Era como si un ángel se hubiera querido disfrazar para pasar inadvertido. La joven que miraba curiosa todo a su alrededor noto enseguida que Serafín la miraba y sonrío, bajo la cara y trato de disimular pero no pudo.
Serafín pensó en enviarle una carta de amor pero descarto la idea pensando en que tal vez no sabría leer. La providencia hizo que le hombre se adelantara algo mas y Serafín discretamente se puso al lado de la muchacha y le dijo:
-Le cuento, señorita que mi vida se partió en dos desde el momento que la vi. No soy el mismo. Quisiera poder seguir frecuentándola con serias y sanas intenciones pues he quedado prendado de su hermosura.-
La Joven se río genuinamente cuando el le dijo señorita, tampoco le entendió todo lo que el le dijo pero le retumbaba en los oídos la palabra hermosura. Pensó en que nada tenia que perder y le dijo:
-Nos vemos en la iglesia el domingo. Yo vengo con el, y señalo al hombre que iba delante de ella, y me quedo en la puerta. Cuando usted vea que el se entra en la iglesia se acerca y entonces seguimos hablando.-
Serafín se entusiasmo y le respondió:
-No se diga mas y adelántese que no quiero que su padre se enoje.-
-No es mi padre- respondió ella es mi marido-
y se alejo apretando el paso para alcanzar al marido. Serafín se quedo estupefacto. Pero el adivinar las curvas debajo de aquel ralo vestido, volvió a la normalidad.
-Algún dia- pensó Serafín- No se necesitaran las cartas para nada.

Thursday, August 26, 2010

Cartas de Amor (continuacion)


Silvia, que así se llamaba la Joven, no pudo más que sonreír cuando vio la ingenua carta de Serafín. Entonces decidió responder de inmediato y no posponer el error.

Caballero:

Quiero decirle que su requerimiento de encuentro en la iglesia no va a poder ser. Hay varias razones, la primera es que no estaría bien visto que nos reuniéramos en la iglesia. Yo respeto mucho a Dios y no me gustaría irrespetar su templo con algo tan profano como esta clase de conversaciones.

La segunda, es que de ser sorprendidos, la vergüenza mataría a mi madre. Ella vive una vida perfecta y odiaría quedar en evidencia frente a medio pueblo un domingo por la mañana.

La tercera es que usted realmente no me interesa. Quiero a clararle que yo lo veo y le sonrío porque me agrada verlo muy majo en su sastrería. Le sonrío por amabilidad y eso es todo. Siento que usted halla mal interpretado las cosas y me duele que yo involuntariamente, alentara falsas expectativas con respecto a alguna relación entre los dos.

Sintiendo en el alma el malentendido:

Silvia

Al otro día Silvia siguió el mismo ritual de caminar detrás de su madre para la iglesia. Cuando paso enfrente de la sastrería de Serafín sutilmente dejo caer la carta y con la mirada dirigió la atención de Serafín hacia la misma. El, prudentemente, las dejó pasar y delicadamante recogió la carta. Admiró lo hermoso de la letra y comenzó a leer.

Poco a poco se fue poniendo rojo como la más roja de las rosas. Sus ojos de nublaron por algo que parecían lagrimas y sintió que todo el que lo miraba se reía de el. Arrugó la carta y la tiro a la basura y se tornó taciturno y amargado.
Muy temprano, al otro día, se levanto y entonces decidió escribirle otra carta a Silvia. Sería la ultima que el le enviaría Jamás.

(Pero esa carta será el motivo de otra entrega)

Wednesday, August 25, 2010

Cartas de Amor (Continuacion)


Serafín exageradamente elegante para entregar una carta a distancia le dio la carta a uno de los niños de la plaza. Después lo siguió a prudente distancia para ver si se la daba a la persona indicada y cuando el pelafustanillo cumplió su misión le dio una moneda de veinticinco centavos que por entonces era de plata. Valía la pena el gasto y lo considero una inversión.
La joven escondió como pudo el sobre y una vez a solas leyó:

Señorita:

Quiero, por medio de la presente, decirle que quisiera tener el inmenso honor de hablar con usted.
La he visto pasar todos los días por frente a mi taller cuando va con su madre para la iglesia y he podido notar que no le soy indiferente.
Le cuento que desde que la vi. No he podido borrarla de mi mente y todos mis pensamientos están invadidos por sus ojos. Ojos Color miel que cuando me miran me dan vida y esperanza. La esperanza de que mi amor por usted será correspondido.
Se que mi vida se ha partido en dos: antes y después de la primera vez que usted me miro. Porque desde ese día se encendió un sol en mi larga oscuridad y su sonrisa fue el bálsamo para todas mis penas.
Por esta razón le pido a usted que hable con migo. No prolongue más la agonía de la incertidumbre de ser o no ser correspondido. La espero el domingo en la misa de 10, estoy en la nave derecha de la iglesia, en el confesionario. Aprovechamos la multitud para que su madre no sospeche y así hablemos por fin.

Suyo Quien la adora:

Serafín.

La joven sonrío un instante y decidió escribir una carta ella también y se puso a la tarea de inmediato.

Pero lo que escribió será motivo de otra entrega.

Tuesday, August 24, 2010

Cartas de Amor


Serafín llego a Bogotá en Marzo de 1879. Su padre había muerto y su madre lo envío a que aprendiera una profesión con su tío sastre. Su tío estaba casado con una enferma mujer que no le había podido dar hijos y adopto a Serafín como si fuera suyo. Seis meses después de la llegada de Serafín la enferma murió y antes de dos años, su tío fue consumido por la nostalgia y una inapetencia que lo debilito hasta la muerte.
Durante estos dos años Serafín aprendió todos los secretos de la sastrería y se convirtió en don Serafín el sastre mas cotizado del barrio de “Las Nieves”. Pero a su vida de tranquilo sastre le hacia falta algo. Una Mañana después de casi tres años de haber llegado a la sastrería se asomo a la puerta para contemplar el panorama. Vio las verduleras, los carniceros y los vendedores de velas de cebo que armaban un gran alboroto a esa hora de la mañana. También vio algunos niños que pedían limosna y que cuanto los marchantes se descuidaban les robaban algo para comer.
Pero cuando se disponía a entrar, porque era enemigo del ruido, Vio a una mujer elegantemente vestida seguida por una joven que a Serafín le parecía que no tocaba el piso cuando caminaba, por la gracia y donosura con que lo hacia. La joven estaba vestida totalmente de blanco y a pesar del vestido lleno de adornos y encajes se podía ver la hermosa figura de la chica. Sus ojos claros color miel eran tan grandes que no se podia escapar de esa mirada y su cabello castaño claro dejaba ver ciertos rizos rojos o rubios que parecían de ángel. Las dos mujeres pasaron por enfrente de la sastrería y tan cerca que Serafín casi pudo oler el aroma de la jovencita. El la miro perplejo y ella picadamente le sonrío. Lugo miro hacia el frente y siguió a su madre hasta entrar a la iglesia. Serafín miro el reloj y se dio cuenta que iban a misa de diez. , Espero que pasaran de vuelta a la salida de misa pero no lo hicieron así que se hizo el propósito de ver aquel Ángel al otro día. Al otro día sucedió lo mismo: pasaron a la misma hora pero no lo hicieron de vuelta.
Serafín torno sus hábitos matutinos y opto por pararse todas las mañanas en la puerta de la sastrería. Cuando Madre e hija pasaban el inclinaba la cabeza para saludarlas y solo la joven correspondía con una sonrisa y esa mirada picara y tierna a la vez. También se dio cuenta Serafín, que iban todos los días aun los domingos cuando la iglesia se llenaba a reventar. La joven se quedaba casi en la salida mientras la madre se hacia mas cerca del altar para oír mejor. Entonces decidió dar el todo por el todo y como se hacia en esos tiempos le envío una carta a la Joven. Se la hizo llegar con uno de los niños de la plaza y se dio cuenta que ella la guardo furtivamente y sintió la seguridad que ella la leería.
Con esa esperanza se durmió aquel día. La carta decía:

(La veremos en el próximo post )

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