Tuesday, August 24, 2010

Cartas de Amor


Serafín llego a Bogotá en Marzo de 1879. Su padre había muerto y su madre lo envío a que aprendiera una profesión con su tío sastre. Su tío estaba casado con una enferma mujer que no le había podido dar hijos y adopto a Serafín como si fuera suyo. Seis meses después de la llegada de Serafín la enferma murió y antes de dos años, su tío fue consumido por la nostalgia y una inapetencia que lo debilito hasta la muerte.
Durante estos dos años Serafín aprendió todos los secretos de la sastrería y se convirtió en don Serafín el sastre mas cotizado del barrio de “Las Nieves”. Pero a su vida de tranquilo sastre le hacia falta algo. Una Mañana después de casi tres años de haber llegado a la sastrería se asomo a la puerta para contemplar el panorama. Vio las verduleras, los carniceros y los vendedores de velas de cebo que armaban un gran alboroto a esa hora de la mañana. También vio algunos niños que pedían limosna y que cuanto los marchantes se descuidaban les robaban algo para comer.
Pero cuando se disponía a entrar, porque era enemigo del ruido, Vio a una mujer elegantemente vestida seguida por una joven que a Serafín le parecía que no tocaba el piso cuando caminaba, por la gracia y donosura con que lo hacia. La joven estaba vestida totalmente de blanco y a pesar del vestido lleno de adornos y encajes se podía ver la hermosa figura de la chica. Sus ojos claros color miel eran tan grandes que no se podia escapar de esa mirada y su cabello castaño claro dejaba ver ciertos rizos rojos o rubios que parecían de ángel. Las dos mujeres pasaron por enfrente de la sastrería y tan cerca que Serafín casi pudo oler el aroma de la jovencita. El la miro perplejo y ella picadamente le sonrío. Lugo miro hacia el frente y siguió a su madre hasta entrar a la iglesia. Serafín miro el reloj y se dio cuenta que iban a misa de diez. , Espero que pasaran de vuelta a la salida de misa pero no lo hicieron así que se hizo el propósito de ver aquel Ángel al otro día. Al otro día sucedió lo mismo: pasaron a la misma hora pero no lo hicieron de vuelta.
Serafín torno sus hábitos matutinos y opto por pararse todas las mañanas en la puerta de la sastrería. Cuando Madre e hija pasaban el inclinaba la cabeza para saludarlas y solo la joven correspondía con una sonrisa y esa mirada picara y tierna a la vez. También se dio cuenta Serafín, que iban todos los días aun los domingos cuando la iglesia se llenaba a reventar. La joven se quedaba casi en la salida mientras la madre se hacia mas cerca del altar para oír mejor. Entonces decidió dar el todo por el todo y como se hacia en esos tiempos le envío una carta a la Joven. Se la hizo llegar con uno de los niños de la plaza y se dio cuenta que ella la guardo furtivamente y sintió la seguridad que ella la leería.
Con esa esperanza se durmió aquel día. La carta decía:

(La veremos en el próximo post )

3 comments:

  1. La carta decía:

    (La veremos en el próximo post )

    Espero que llegue pronto el próximo post

    la intriga es algo que no podemos susperar


    saludos Wilsao !

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  2. por cierto , la foto que has elegido es perfecta para esta "Carta de amor "

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  3. pasan pasan los días y la continucion no llega

    por favor , no tenga intrigados a sus lectores

    Gracias

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